Infecciones respiratorias agudas (Influenza aviar y estacional)

Las infecciones del aparato respiratorio causadas por la influenza ocasionan entre 290.000 y 650.000 muertes cada año (datos de la OMS de 2017). La influenza o influenza estacional es una infección respiratoria aguda (ARI) causada por virus de la influenza que circulan en todas partes del mundo. Una epidemia de influenza ocurre cuando un virus influenza A, para el que la mayoría de las personas no tiene inmunidad, adquiere la capacidad de transmitirse de persona a persona de manera continua. Estos virus tienen la capacidad de propagarse rápidamente provocando brotes en las comunidades, epidemias en países y pandemias a nivel mundial.

La influenza o influenza aviar y otros tipos de influenza causadas por infecciones zoonóticas pueden causar en los humanos una enfermedad que varía entre una infección leve en los ojos (conjuntivitis) hasta una neumonía grave e incluso la muerte. En los últimos años, una influenza aviar A(H5N1) altamente patógena ha sido detectada en aves de corral, pájaros silvestres y otros animales en más de 30 países, causando la muerte de 800 personas. Controlar esta enfermedad en los animales es fundamental para reducir el riesgo en los humanos.

Las siguientes son definiciones de caso estándar para ayudar a las autoridades sanitarias nacionales a interpretar los datos en el contexto internacional. Sin embargo, durante un brote, puede que las definiciones de caso sean adaptadas al contexto local y la Cruz Roja/Media Luna Roja deba usar esas definiciones acordadas/establecidas por las autoridades sanitarias. Nota: Tener presente que durante la vigilancia comunitaria, los voluntarios deben usar definiciones de caso amplias y simplificadas (conocidas como definiciones de caso comunitarias) para reconocer la mayoría de los casos, proporcionar información sobre los riesgos, llevar a cabo las acciones apropiadas e incentivar a las personas a buscar atención sanitaria. Otros actores, como los trabajadores sanitarios y los investigadores que estén estudiando la causa de la enfermedad, pueden utilizar definiciones de caso más específicas que requieran su verificación mediante una prueba de laboratorio.

El principal objetivo de la vigilancia no es identificar cada caso de influenza, sino entender los patrones de transmisión, la carga de enfermedad y los cambios en los virus que circulan en el mundo. Con este fin, las siguientes definiciones de caso establecidas por la OMS no persiguen describir todos los casos sino describir las tendencias a lo largo del tiempo.

Definición de caso sospechoso:

Definición de caso de síndrome gripal (SG): Una infección respiratoria aguda con fiebre ≥ 38 C° y tos que haya aparecido dentro de los últimos diez días.

Definición de caso de infecciones respiratorias agudas graves (SARI): Una infección respiratoria aguda con fiebre ≥ 38 C° y tos que haya aparecido dentro de los últimos diez días.

Definición de caso confirmado: Casos que cumplen con las definiciones de SG o SARI que han sido confirmados mediante pruebas de laboratorio como un virus de influenza.

Información sobre definición de caso de la OMS: https://www.paho.org/es/temas/influenza-otros-virus-respiratorios

No existe una definición generalizada para un brote de influenza estacional ya que este se presenta normalmente en epidemias anuales.

El término brote es más utilizado para la aparición de casos de una nueva cepa o tipo de influenza. La respuesta de salud pública se debe iniciar cuando aparece un solo caso de una nueva cepa.

Factores de riesgo para una pandemia de influenza y para la influenza estacional:

• La falta de medidas adecuadas de saneamiento e higiene que prevengan la diseminación de gotículas o la transmisión a través de las manos contaminadas con los virus de influenza.
• Los brotes de la enfermedad son especialmente preocupantes cuando ocurren en lugares en los que se concentran muchas personas, como las escuelas y las guarderías.
• La falta de vacunación anual o cuando el virus que está circulando no coincide con el de la vacuna.

Factores de riesgo para la influenza aviar: exposición directa o indirecta a cadáveres de aves de corral o ambientes contaminados (ej. mercado de aves vivas). Otros posibles factores de riesgo abarcan los contextos en los que sacrifican, despluman o manipulan cadáveres de aves de corral infectadas, y en las que se preparan aves de corral para el consumo.

La tasa de ataque variará de un brote a otro. En una situación de brote, consultar la información más reciente proporcionada por las autoridades sanitarias.

• Dependerá del agente, el contexto y la población afectada.
• En una pandemia de influenza, se espera que alrededor de dos tercios de la población con la enfermedad desarrollen síntomas. La tasa de ataque (incluidos todos los grupos de edad) suele ser del 25% al 45%.

• Adultos mayores.
• Mujeres embarazadas.
• Los bebés menores de dos meses con síntomas de neumonía/septicemia corren el riesgo de sufrir complicaciones y de morir a causa de la enfermedad más rápido que otros niños.
• Las personas inmunodeprimidas, por ejemplo, que sufren la enfermedad de células falciformes, asplenia, VIH o las personas que sufren tumores malignos y/o están recibiendo quimioterapia o esteroides.
• Nos niños menores de cinco años con enfermedades cardíacas, pulmonares o hepáticas crónicas.

La influenza o influenza está causada por una infección de un virus de la influenza o de un virus ARN del género Orthomyxovirus y está clasificada en los tipos A, B, C y D. Sin embargo, generalmente solo los tipos A y B causan enfermedades en los humanos. Los cuatro tipos de influenza circulan entre los seres humanos en todo el mundo, pero su distribución cambia de un año a otro y dependiendo de las zonas geográficas. La aparición de un nuevo virus de influenza A (también conocido como Influenzavirus A) diferente a los demás y con la capacidad de infectar a las personas y transmitirse de manera constante entre humanos puede causar una pandemia de influenza. Por este motivo los virus de influenza A son muy importantes para la salud pública.

Normalmente solo los humanos para la influenza estacional.

Zoonosis: animales, especialmente los pájaros y las aves de corral, para la influenza aviar.

• Influenza estacional: Gotículas y transmisión a través del aire a través de gotículas respiratorias grandes que se producen al toser o estornudar ya sea por contacto directo o por contacto indirecto (ej. tocar superficies contaminadas) o gotículas que se diseminan a través del aire.
• Influenza aviar: Transmisión de contacto: las infecciones humanas de influenza aviar se adquieren mayormente a través del contacto directo con animales infectados o ambientes contaminados. La mayor parte de los casos de influenza aviar en humanos de A(H5N1) y A(H7N9) están asociados con el contacto directo o indirecto con aves de corral vivas o muertas. Aunque los virus de la influenza aviar identificados recientemente no se transmiten fácilmente de persona a persona, tienen el potencial de mutar para ser más contagiosos entre los humanos.

Para la influenza estacional es normalmente de dos días, aunque puede variar de uno a cuatro días.

Para la infección del virus de la influenza aviar A(H5N1) es de dos a cinco días en los humanos, aunque puede durar hasta diecisiete días. Para la infección del virus de la influenza aviar A(H7N9), el promedio es de cinco días, aunque puede variar de uno a diez días.

Depende del agente infeccioso. Puede ser de cinco días para un virus de la influenza, pero el período es mayor en los bebés y los niños pequeños, así como en las personas con un sistema inmunitario débil.

• La influenza aviar y otros tipos de influenza causadas por infecciones zoonóticas pueden causar en los humanos una enfermedad que varía entre una infección leve en los ojos (conjuntivitis) hasta una neumonía grave e incluso la muerte.
• Algunos síntomas comunes de neumonía en bebés y niños son la dificultad para respirar, silbido al respirar o respiración rápida, tos, fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y pérdida del apetito.
• Los niños menores de cinco años con casos graves de neumonía pueden tener problemas para respirar y se puede observar como el pecho se mueve hacia adentro o se retrae durante la inhalación.
• Los bebés pueden sufrir convulsiones, pérdida de consciencia, hipotermia, letargia y problemas para comer.
• En casos dependiendo del subtipo también se han reportado ojos irritados (conjuntivitis), encefalitis y encefalopatía.

La COVID-19 o el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés), y la neumonía bacteriana o por hongos. Existen otros síntomas similares en algunas enfermedades y alergias respiratorias crónicas. 

• Pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR) o RT-PCR en tiempo real para la detección del virus de la influenza.
• Las pruebas de diagnóstico rápido de la influenza (RIDT, por sus siglas en inglés) son menos sensibles comparadas con las PCR y su fiabilidad depende en gran medida de las condiciones en las que se utilizan.
• La detección del antígeno viral por técnicas de inmunofluorescencia o de inmunoabsorción de enzimas.

Consultar las directrices apropiadas a nivel local o internacional para el manejo clínico. Todo tipo de procedimiento clínico, incluida la administración de un tratamiento o una vacuna debe ser efectuado por un profesional de la salud.

• La influenza grave puede necesitar hospitalización. Se recomienda el aislamiento.
• En algunos países hay medicamentos antivirales para tratar la influenza que pueden reducir las complicaciones y los fallecimientos.
• Existen vacunas contra la influenza estacional. Debido a que los virus de la influenza cambian rápidamente por su variación antigénica, las vacunas son reformuladas y distribuidas anualmente a través de campañas de vacunación estacionales. Las vacunas autorizadas para la influenza incluyen virus inactivos y virus atenuados vivos del tipo A y B, con tres o cuatro subtipos por vacuna. En adultos, la vacuna contra la influenza proporciona protección o reduce la gravedad de la enfermedad, incluso cuando los virus que circulan no coinciden exactamente con los virus de la vacuna. Las vacunas de influenza con virus inactivados (IIV, por sus siglas en inglés) se administran mediante inyecciones; las vacunas contra la influenza con virus vivos atenuados (LAIV, por sus siglas en inglés) se administran mediante un atomizador nasal. Las IIV son las únicas vacunas autorizadas para ser administradas a niños menores de dos años. Para los niños que son vacunados por primera vez se recomiendan dos dosis de la vacuna, una dosis primero y la segunda cuatro semanas después. Luego se administrará la vacuna anual antes del inicio de la temporada de influenza. La inmunización materna contra la influenza durante el embarazo también puede proteger al feto a través de la transferencia de anticuerpos por la placenta.
• La Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere que los países planifiquen la vacunación contra la influenza sobre la base de la carga de la enfermedad local, los recursos, las capacidades y otras prioridades sanitarias. La OMS recomienda la vacuna anual para las mujeres embarazadas, los niños entre seis meses y cinco años, las personas mayores de 65 años, las personas con enfermedades crónicas y los trabajadores sanitarios.

• La inmunidad tras la infección por el virus de la influenza no protege contra las variantes antígenas o genéticas de los virus de la influenza A o B.
• La protección de la vacuna disminuye con el tiempo por ello se recomienda la vacunación anual. Este es el motivo por el que surgen nuevos brotes cada año y se tienen que diseñar nuevas vacunas.