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Sesión 1.1. La importancia de las epidemias

Última actualización: 2022-03-07

Al final de esta sesión, usted será capaz de:

  • Discutir por qué las epidemias son importantes.
  • Explicar el impacto más amplio de las epidemias en las sociedades.

En el curso de la historia humana, las epidemias han sido responsables de millones de muertes. Durante la epidemia de peste en 541-542 DC, murieron 100 millones de personas, la mitad de la población humana en ese momento. Durante la epidemia de peste entre 1346 y 1350, Europa perdió la mitad de su población. La epidemia de la influenza “española” en 1918 mató a más hombres que la Primera Guerra Mundial. Las epidemias también son comunes hoy en día. La influenza “porcina” en 2009 fue responsable de 200,000 muertes, y más de 11,000 personas murieron en una epidemia de Ébola en 2014. Solo en 2017, brotes de peste ocurrieron en Madagascar y las Seychelles, de síndrome respiratorio de Medio Oriente en Arabia Saudita, de enfermedad por coronavirus en Arabia Saudita, Omán y los Emiratos Árabes Unidos, de fiebre amarilla en Brasil, Surinam y Guyana Francesa, de dengue en Costa de Marfil y Sri Lanka, y de chikungunya en Italia. Las epidemias de hepatitis A, hepatitis E, fiebre de Lassa, enfermedad meningocócica, infección por el virus Zika, la

poliomielitis y la fiebre de Marburgo también cobraron muchas vidas.

Participe

  • ¿Han ocurrido epidemias en su país en los últimos años?
  • ¿Qué sabe de ellas?
  • ¿Qué impacto tuvieron en la sociedad?

Discutan estas preguntas en su grupo.

Las epidemias ocurren en todo el mundo. Su magnitud y sus consecuencias dependen de la enfermedad en cuestión (agente causal), de las personas o animales afectados (huéspedes) y de cómo se contagia la enfermedad (modo de transmisión). Las epidemias pueden ser limitadas o pueden extenderse a través de continentes (pandemias). Sin embargo, tienden a ocurrir con mayor frecuencia o tienen consecuencias más graves en las poblaciones que han experimentado desastres naturales, conflictos armados o desplazamientos, tienen saneamiento deficiente o carecen de suministros seguros de agua y alimentos, o cuyo sistema de salud está subdesarrollado o ha sido devastado. Las poblaciones que sufren otras condiciones de salud, como la malnutrición o la baja cobertura de vacunas, también son más vulnerables a las epidemias.

Si bien los efectos más obvios de una epidemia son sobre la salud, las epidemias suelen tener un impacto mucho más amplio en la sociedad.

En primer lugar, las sociedades afectadas por una epidemia dejan de ser productivas. El sistema de salud ya no puede lidiar con otras condiciones de salud porque los trabajadores de la salud están abrumados por la epidemia o ellos mismos están enfermos. Si numerosos niños y maestros están enfermos, esto interrumpe la educación.

Si los trabajadores de la comunidad y los servidores públicos están enfermos, esto interrumpe otros servicios.

En segundo lugar, los suministros de agua y alimentos pueden ser contaminados y, por consiguiente, muchas personas pueden perder el acceso a alimentos, agua potable y saneamiento.

Las personas desplazadas y las personas que viven en alojamientos colectivos o en campamentos de refugiados son especialmente vulnerables a las epidemias. Las grandes epidemias pueden interrumpir el contacto entre familiares. Un gran número de personas enfermas y sus familiares pudieran necesitar apoyo psicosocial.

Finalmente, las epidemias pueden causar miedo y estigma. Es importante involucrar a las comunidades en el control de las epidemias y comprender las prácticas culturales locales. Establecer la confianza y la buena

comunicación entre la comunidad, los voluntarios y otras partes interesadas es fundamental para el control exitoso de las epidemias.